Podría decirse que 2020 fue un año feo para muchos. Sin embargo, ése no fue el caso del sector del comercio electrónico, que vio cómo la demanda se disparaba y, como resultado, progresó en un solo año lo que muchos esperaban para los próximos 5-10 años. En cierto modo, esto es normal. El aumento artificial de la demanda y la promesa de unos beneficios altísimos hicieron necesaria una mayor oferta, lo que exigió importantes inversiones para mantener el ritmo.
Tres años después, la demanda ha retrocedido significativamente desde los máximos de 2020, dejando colgada una parte importante de la oferta. Aquellas empresas que construyeron operaciones sostenibles, es probable que sigan operando, mientras que las menos profesionalizadas tendrán que marcharse. Para las que se queden surge una pregunta clave: ¿Cómo puedo seguir creciendo? La respuesta suele ser la globalización.
Cuando las empresas quieren acceder a los mercados mundiales deben adaptarse al modo en que se realizan las transacciones en otros países del mismo modo que cuando un ciudadano europeo viaja a Reino Unido tiene que adaptar su idioma al inglés y, si quiere conducir, tendrá que hacerlo en el asiento de la derecha.
Una de esas adaptaciones tiene que ver con la forma de cobrar y pagar en distintos países y monedas.
Si tienes una empresa de comercio electrónico y quieres vender a nivel internacional, quizás te estés preguntando por qué deberías plantearte este aspecto.
Porque las operaciones internacionales suelen realizarse en distintas divisas y los pagos en distintas divisas suelen ejecutarse a través de diferentes vías de pago. Y muy probablemente porque tu cuenta bancaria actual te ofrece posibilidades limitadas cuando hablamos de transacciones internacionales. Probablemente puedas realizar un pago en una divisa diferente, pero seguramente no puedas mantener o cobrar en diferentes divisas en tu cuenta actual. Y seguro que no podrás realizar ninguna de estas operaciones de forma fácil, rápida y, sobre todo, barata.
Por si quieres ahorrar tiempo de lectura, te daré unas pistas: las cuentas digitales multidivisa son tu mejor aliado a la hora de realizar transacciones internacionales. Puedes abrir uno fácilmente haciendo clic aquí. Dicho esto, te animo a que dediques unos minutos más y sigas leyendo el resto del texto.